
Por Laura Muñoz Tarrío
Los viajes y el turismo fueron responsables del 8,1 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en 2019, según el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés). A pesar de esto, el turismo es considerado por la ONU “una importante fuente de divisas y empleo y está estrechamente vinculado al bienestar social, económico y ambiental de muchos países, en especial los países en desarrollo”.
Prueba de esta afirmación es que el WTTC prevé que en 2023 este sector aporte 9,5 billones de dólares (8,9 billones de euros) a la economía mundial, además de crear 320 millones de puestos de trabajo. Por ello, es esencial que este evolucione y se adapte tanto a las nuevas exigencias de los viajeros como a las necesidades del planeta.
Turismo sostenible, el billete hacia la supervivencia
La pandemia de la COVID-19 afectó significativamente al turismo, debido a los confinamientos y el cierre de fronteras. No obstante, ya en 2022 hubo más de 960 millones de desplazamientos internacionales de turistas, lo que significa que se restablecieron en dos tercios (66 %) las cifras alcanzadas antes del año 2020, según UNWTO. A este respecto, Javier Iglesias, director de Operaciones en Opinno, explica que “el sector turístico seguirá experimentando un fuerte crecimiento, en consonancia con el aumento de la población y los recursos económicos, lo que implica que las externalidades que genera también lo harán, de ahí la urgencia de actuar”. Este número de viajeros “plantea retos relacionados con la masificación, la apropiación cultural y la pérdida de autenticidad”, explica la Comisión Europea.
Estos efectos negativos del turismo excesivo han provocado que algunas comunidades locales y expertos en patrimonio se opongan a esta forma de viajar. Por esta razón, y con el objetivo de cambiar su perspectiva, este sector debe situar a estos colectivos en el centro de los procesos de toma de decisiones, según la Comisión Europea. Así, Iglesias añade que “el turismo no debe poner en peligro la cultura y la autenticidad locales, sino mejorar las circunstancias de las poblaciones que reciben a los viajeros”.
En este contexto, el ecoturismo o turismo sostenible, aquel “que tiene en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”, se presenta como la mejor opción hacia la supervivencia del sector. Este busca alinearse con la Agenda 2030 y “poner en práctica políticas para promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y fomente la cultura y los productos locales”.

¿Qué iniciativas han puesto en marcha organizaciones y empresas?
Dado que el turismo sostenible debe “satisfacer las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las futuras”, como explica el coordinador del máster en Gestión del Turismo Ecológico y Sostenible de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Carlos Calderón, en El País, son muchos las empresas que están llevando a cabo acciones para adaptarse a esta nueva realidad.
Booking, por ejemplo, ya muestra en su web certificados que distinguen los establecimientos ecológicos, con el fin de que los usuarios puedan tomar este factor en cuenta a la hora de elegir su alojamiento. Por su parte, la multinacional Meliá abrió en 2022 en Menorca el primer hotel neutro en carbono. Este cuenta con “calderas de biomasa, energía geotérmica y recuperación de calor, energía fotovoltaica, recuperación de aguas limpias y grises, además de tecnologías digitales para medir y controlar la huella hídrica y reducir los consumos de energía y agua”, como recoge el medio balear Última Hora.
Por otro lado, compañías como Renfe ponen el foco de la sostenibilidad en el transporte. Así, esta empresa ferroviaria cuenta con un 80 % de trenes eléctricos que operan con energía renovable. Asimismo, está trabajando en proyectos para convertir el gas natural licuado en un combustible de tracción alternativo para sus trenes.
Viajes El Corte Inglés también está trabajando en esta línea. La división de grandes almacenes centrada en el turismo cuenta desde 2022 con un espacio dedicado a las experiencias sostenibles, además de haberse aliado con la compañía South Pole para ofrecer una solución digital que permitirá a sus clientes medir el impacto de sus viajes y compensar sus emisiones de CO2, como recoge Europa Press.
En el otro lado del mundo, en Arabia Saudí, los proyectos de turismo de lujo The Red Sea y AMAALA, de promotora Red Sea Global, apuestan por el turismo regenerativo, es decir, un turismo que no solo no perjudique al entorno natural, sino que también contribuya a incrementar la biodiversidad.
Las organizaciones también deben impulsar este cambio de rumbo sostenible premiando a quienes se suman a él. Por ello, existen iniciativas como la del Consejo Global de Turismo Sostenible, que otorga sellos a las empresas que maximizan los beneficios de su actividad al medioambiente y minimizan los impactos negativos. Una acción similar lidera la Unión Europea con la entrega de la etiqueta Ecolabel, que “demuestra a clientes y consumidores qué alojamientos cumplen con los veinte criterios ecológicos que se exigen”, como explica National Geographic.
El ecoturismo no solo garantiza la subsistencia de los diferentes destinos al cuidar del medio ambiente y su biodiversidad, sino que también se preocupa por la prosperidad de las comunidades locales, sus necesidades y deseos. Sin embargo, Iglesias destaca que “aunque ya existen múltiples iniciativas que se esfuerzan por ofrecer alternativas sostenibles, sigue siendo necesaria una gran innovación para concienciar y empoderar al turista, con el fin de que tome mejores decisiones de consumo y sea capaz de gestionar su huella ecológica”. Así, esta nueva forma de disfrutar de la naturaleza y el patrimonio cultural pasa por encontrar el equilibrio entre el disfrute del turista y la conservación del entorno y sus habitantes, con el objetivo de que viajar no suponga un perjuicio para el planeta.